
En los últimos años la Premier League comienza con cuatro equipos favoritos al título: Chelsea, Manchester United, Liverpool y Arsenal, que se reservan las plazas para la Champions League. Detrás de ellos hay un conjunto de clubes que aspiran a convertirse en la alternativa al póker de favoritos. En las tres últimas temporadas el Everton ha sido ese equipo y esta campaña Tottenham y Manchester City parecían claros candidatos, pero a priori parece que otro club va a ocupar este lugar de mérito: el Aston Villa.
Los de Birmingham son el quinto equipo por historia de la Liga Inglesa, aunque ya quedan lejos los siete títulos, el último en la campaña 80-81. Casi treinta años después los de Villa Park pueden estar con los grandes como demostraron ayer ante el Arsenal. Martin O`Neill apostó por un sistema 4-5-1, con un trivote formado por Barry, Sidwell y Stilian Petrov que anuló el juego creativo de Cesc y Denilson. Los pocos balones que llegaban a los delanteros gunners eran anulados a la perfección por el cuarteto de defensas encabezados por un excepcional Laursen en el centro y poco importó que Cuellar jugara fuera de sus sitio.
Con el Arsenal anulado en ataque, el técnico del Aston Villa buscó la velocidad como arma atacante y las cosas no pudieron salirle mejor. Aunque Milner no estuvo acertado por la derecha, la otra banda fue una pesadilla constante para los de Londres, ya que Ashley Young desplegó todas esas características que le hacen ser uno de los mejores extremos ingleses, por no decir que el mejor: rapidez, regate, buen disparo y espectaculares centros en carrera. Poco importó que fallara un penalti, porque en la segunda parte sacó un centro perfecto que Clichy (como siempre gafado) introdujo en su propia portería.
El otro atacante me sorprendió incluso mas que Young: Agbonlahor. El jovencísimo delantero de 21 años tiene una punta de velocidad altísima, que ni Gallas ni Silvestre podían parar. Como un velocista de 100 metros recogió un despeje en defensa de un compañero y arrancó sin que nadie pudiera pararle hasta introducir el balón en la portería de Almunia. Futuro prometedor para un atacante que deja en el banquillo a un jugador de la talla de Carew.
La victoria por 0-2 fue justa y la próxima jornada el Aston Villa tiene otra prueba de fuego para demostrar si realmente es el quinto de Inglaterra: el Manchester United. No descarten la sorpresa.
Los de Birmingham son el quinto equipo por historia de la Liga Inglesa, aunque ya quedan lejos los siete títulos, el último en la campaña 80-81. Casi treinta años después los de Villa Park pueden estar con los grandes como demostraron ayer ante el Arsenal. Martin O`Neill apostó por un sistema 4-5-1, con un trivote formado por Barry, Sidwell y Stilian Petrov que anuló el juego creativo de Cesc y Denilson. Los pocos balones que llegaban a los delanteros gunners eran anulados a la perfección por el cuarteto de defensas encabezados por un excepcional Laursen en el centro y poco importó que Cuellar jugara fuera de sus sitio.
Con el Arsenal anulado en ataque, el técnico del Aston Villa buscó la velocidad como arma atacante y las cosas no pudieron salirle mejor. Aunque Milner no estuvo acertado por la derecha, la otra banda fue una pesadilla constante para los de Londres, ya que Ashley Young desplegó todas esas características que le hacen ser uno de los mejores extremos ingleses, por no decir que el mejor: rapidez, regate, buen disparo y espectaculares centros en carrera. Poco importó que fallara un penalti, porque en la segunda parte sacó un centro perfecto que Clichy (como siempre gafado) introdujo en su propia portería.
El otro atacante me sorprendió incluso mas que Young: Agbonlahor. El jovencísimo delantero de 21 años tiene una punta de velocidad altísima, que ni Gallas ni Silvestre podían parar. Como un velocista de 100 metros recogió un despeje en defensa de un compañero y arrancó sin que nadie pudiera pararle hasta introducir el balón en la portería de Almunia. Futuro prometedor para un atacante que deja en el banquillo a un jugador de la talla de Carew.
La victoria por 0-2 fue justa y la próxima jornada el Aston Villa tiene otra prueba de fuego para demostrar si realmente es el quinto de Inglaterra: el Manchester United. No descarten la sorpresa.
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