Hoy estrenamos una nueva sección:
"Las connotaciones", para analizar los partidos de España desde el punto de vista de
Francisco Cuesta Martínez, más conocido como
Paco. Estas son sus primeras palabras en el blog y esperemos que sean muchas más.
España salió y venció. 4-1. Nada que objetar si no fuera porque el partido, pese a lo que pueda decir el resultado, resultó totalmente igualado, e incluso por momentos Rusia supo poner contra las cuerdas a una España gris y errática, que tuvo la suerte de encontrar el gol de la forma menos esperada: a la contra.
España no tuvo el balón y eso se notó. El centro del campo de la roja fue un espejismo, un fantasma de lo que debe ser. Ni Senna, ni Iniesta ni, sobre todo, un desaparecido Xavi supieron coger las riendas del partido, controlar el balón y moverlo por el césped. Los rusos, jugando con dos líneas muy claras de presión, ahogaban a nuestros centrocampistas, cortaban las líneas de pase y obligaban a España a buscar a los delanteros a través de balonazos desde la defensa o a tocar y tocar sin trascendencia dentro de nuestro propio campo. Tan sólo en la segunda parte, cuando los rusos ya estaban cansados y no podían hacer tanta presión, emergió la calidad técnica de España y conseguimos realizar un par de jugadas trenzadas, también aprovechando que Rusia se había ido arriba y dejaba espacios.
Y es que si España ha ganado hoy ha sido única y exclusivamente por dos razones: una, la suerte, y dos, la calidad de los arriba y el terrible olfato de gol que poseen. El primer gol es un despeje que cae a Torres y éste inventa para que defina Villa. El segundo, una contra bien llevada en la que Iniesta vislumbró un pase imposible para Villa, que definió de forma magistral. 2-0 al descanso sin merecerlo, pues Rusia mereció al menos marcar un gol, ya que dispuso de muchas ocasiones, incluido un palo con 1-0.
Tocando mejor que España y aprovechando la tremenda rapidez de sus tres puntas, Sychev, Pavlyuchenko y Zhirkov, Rusia volvió a destapar las carencias de la defensa española, que llega muy limitada, pues ni Ramos, ni Puyol ni Marchena llegan bien de forma. Ramos estuvo sencillamente horrible. A Puyol se le vio lento y Marchena tuvo serios problemas cuando Pavlyuchenko se vino al centro. Esto, añadido al buen toque de balón desplegado por el centro del campo ruso, obligaba a Senna, Xavi e Iniesta a bajar a ayudar, por lo que España estuvo durante una buena parte de la primera mitad partida, más pendiente de defenderse que de imponerse.
Ya en la segunda, con una Rusia cansada y hundida mentalmente, Luis se dio cuenta del fallo y metió dos hombres más en el centro del campo, renegando del ataque que volvía a depender de las contras. Esto fue un error, pues ni España tuvo el balón, ni lo mereció. Jugando con 5 medios centros España seguía recurriendo al balonazo, y Villa, convertido en isla, tenía que zafar con la defensa. Pese a todo cayeron dos goles más, todos a la contra, en las pocas jugadas hilvanadas que hacía la selección. Cierto es que en los últimos 20 minutos España se hizo dueña del esférico, pero es un bagaje muy pobre para una selección que, por estilo y jugadores, debe de mimarlo más y evitar lagunas tan importantes como las que se han tenido en el mediocampo en este partido.
En definitiva, una España muy flojita, que deja ver todos sus defectos, y añade uno inesperado, la inoperatividad de un centro del campo cansado y sin ideas, donde tan sólo Iniesta brilló antes de que Luis decidiera que era mejor cambiarlo. Sería deseable que el resultado no llevara a engaño y no levantara la euforia, pues si Rusia es capaz de hacernos esto, ¿Qué pasará cuando nos enfrentemos a Holanda o Italia? Estos seguro que no perdonan.
Os voy a contar una anécdota y tal…
El sesador: Sergio Ramos. Totalmente nefasto, estuvo perdido y recurrió a entradas duras para frenar los continuos desbordes por su banda. Mal partido del sevillano.
Y tal: Marcos Senna. Se le vio perdido y dubitativo. Aunque en defensa estuvo correcto, cuando recibía el balón en los pies estuvo lento e impreciso. Mucha fuerza y poca cabeza. Bien es cierto que sus compañeros no ayudaron mucho.
Pasillo de seguridad: Andrés Iniesta. Se le vio poco pero lo que hizo lo hizo bien. Gran pase de a Villa en el segundo gol, y único jugador que supo moverse en el hueco que dejaba Rusia entre sus dos líneas de presión.
Culo pelao: David Villa. Sin duda el mejor jugador de España en el partido, más allá de su hattrick. Aportó fuerza, voluntad y ganas y supo llevar peligro en todas sus acciones. Si sigue así durante toda la Eurocopa tenemos asegurado el gol que, al fin y al cabo, es lo más importante en esto del fútbol.